domingo, 30 de junio de 2013

Comunidad Oquetiti, un sitio místico y turístico

Cerro kallami vista desde el lago titikaka.
HISTORIA Y LITERATURA: A una hora de viaje de Pucarani (en movilidad), se encuentra la Comunidad “Oquetiti” y a pocos kilómetros de ésta Comunidad queda el cerro “awki Kallami”. Las laderas de “cruz pata” ayudan a subir en “Z”. Ahí arriba es plano como para construir una pista de aterrizaje. También fluye agua especial y suave. Antiguamente circulaban hasta Cóndores, vicuñas y titis, en la actualidad en épocas de nevada todavía aparecen algunos Cóndores que vienen desde Huayna Potosí.

“Kallami”, definitivamente es un mirador natural, se visualiza casi todo el paisaje del lago titikaka, El Alto y hasta el nevado Sajama. Los comunarios de Oquetiti, aseguran que se trata de un volcán apagado. Cuando escuchan noticias que el volcán Popocatépetl del Estado de Puebla en México se activa, en el cerro kallami (Bolivia) inmediatamente empieza a nublarse y aparecen vapores de agua con burbujas. Sospechan que existen nexos de comportamientos climáticos entre Bolivia, Chile, Argentina y México.

Las poblaciones de Aygachi, Pantini, Quenacahua, Iquiaca y la Comunidad Oquetiti, del municipio de Pucarani, Provincia Los Andes, La Paz, comparten el área del cerro “kallami”, el más grande y poderoso de la región. Es casi como un parque de reserva. Cada una venera a su estilo.

Rafael Chávez Ticona, comunario de Oquetiti (Uqi – gris, titi – gato silvestre), amplifica lo que trasmitió su padre Basilio Chávez Flores, quien relató una leyenda inédita del cerro “Kallami”, todo un misterio y una proyección estratégico para el futuro del circuito turístico.

LEYENDA DEL “AWKI KALLAMI”

Un pastor de ovejas que todos los días dialogaba con las suaves brisas de quta mama, había visto en el cerro “kallami” un pozo de agua como una especie de cajón, donde nadaban dos patos de oro. Sorprendido del hallazgo decidió avisar a los comunarios, gritando – vengan aquí hay patos hermosos-. Los comunarios hacían correr rumores, pero de repente llegaron al lugar 3 personas desconocidas de piel blanco (gringos), caminaban de uno a otro lado, se acamparon en pleno cerro frío y desierto donde unas muñas bailaban con el viento. Existían especies de aves, como phisiphisis, el gorrión marrón, chiwanku, el merlo negro que correteaba inteligentemente que depredaba otros nidos, las chayñitas de plumaje de negro y amarillo muy bulliciosos y las golondrinas, picaflores de color verde vistoso. Las gaviotas andinas, patos, halcones, águilas y las lechuzas de diferentes tipos que habitaban en esas montañas de la puna. Estas personas extranjeros, tenían tanta sed y calor por el largo viaje, tomaron agua del cerro. En el lugar evidenciaron la existencia de dos patos, que un niño había visto minutos antes.

De repente empezaba a llover, cuando las nubes comenzaban a tapar el cielo anunciando la tormenta, las nubes corrían como si fuera la carrera de objetos. Los ojos de los pastores controlaron de rato en rato el rebaño de los animales, cuidando del ataque del zorro y de otros animales silvestres que ambulan en el desierto, unas aves liqiliqis vienen y vuelan como aviones pequeños comunicando mensajes que empezó a llover torrencialmente y fuertes ventarrones empezaron a sacudir sembradíos y viviendas de totora y paja. En principio, los comunarios se alegraron por las lluvias, pero al final protestaban debido a que esas lluvias dañaban y no se despejaban. Llovía que llovía día y noche inundando a las comunidades.

Las casas de los comunarios tenían techos de paja, construidas de las piedras hembras y machos, los huertos llenos de flores de habas y papas que habían terminado de florecer prediciendo el pronto retorno de la época de su nueva producción, las aves wallatas y los flamencos retornaban desde los nevados de la Cordillera Condoriri, anunciando algo ocurre.

“Dos patos nadando en un pozo del cerro kallami y la posible existencia de un túnel” llamó la atención a los visitantes, entonces decidieron entrar al pozo. Dos de ellos saltaron al fondo y nunca más volvieron a salir, pero, misteriosamente aparecieron en el lugar “kallucondori” de la Comunidad Caviña, colindante con Oquetiti. En ese lugar filtraba aguas. Sorprendidos por el hecho, estas personas (gringos) volvieron a entrar al túnel por donde salieron y de poco rato aparecieron nuevamente en el cerro de kallami. La lluvia no cesaba y las comunidades protestaban. Quizás por motivos de aventura o peregrinación, los visitantes optaron en quedarse en el cerro donde se alimentaban de algunos quesos y comidas proporcionadas por los campesinos del lugar.

Estas personas (gringos) consultaron con un anciano sobre cómo despejar las fuertes lluvias. El anciano aconsejó que debieran conseguir 12 negros a cambio de oro que existe en el cerro. Convencido de ese raro pedido, los gringos salieron a buscar personas de piel morena, apenas lograron conseguir un solo negro y lo llevaron al cerro. El anciano les dijo que los negros deberían ser de África o de Brasil. En ese instante, dos de los gringos insistieron entregar al negro y entraron caprichosamente al pozo del agua cristal; grande fue la sorpresa, los que saltaron al pozo se habrían desaparecido para siempre, dicen que el cerro se lo comió. Cuentan que años anteriores al suceso, varios pastores del lugar que intentaban mirar los patos y tomar agua, también han sido devorados por el cerro.

Un solitario gringo se quedó sumamente asustado, a quien el anciano le regaló una abarca de oro para que retorne a su País y cuando llegó a la comunidad Oquetiti, esa abarca de oro, resultó ser una abarca del hierba verde. Desde ese instante dicen que la lluvia empezó a calmarse poco a poco.

Cuentan que desde esa vez, (mas o menos el año 1930) las aguas que filtraban con fuerza en las comunidades de Aygachi, Oquetiti, Pantini o Caviña, habían bajado de cantidad. Creen que la vena del túnel fue desviado a otro lugar de Pucarani.

LOS RITOS DE FE
 
Los comunarios de Oquetiti suben al cerro “awki kallami” a rezar en diferentes fechas. En semana Santa llegan visitantes de todas partes. Las familias que decidieron hacer estudiar a sus hijos o están estudiando en alguna Universidad o Institutos Militares, creen que el cerro kallami tiene poder para dar inteligencia y cuidar la seguridad, por eso visitan y suben los días martes, jueves y sábados para pedir bendiciones. Es decir, van a pedir la profesión para sus hijos. Llegan desde Cochabamba, Oruro y de otras partes. “Vienen, pues debe haber resultados” dicen los lugareños.

Las concentraciones culturales también se realizan en tres fechas importantes: el 14 de septiembre que se recuerda la fiesta de Exaltación, el 24 de Septiembre a la fiesta de Mercedes y el 21 de junio para recibir el año nuevo aymara. En estas fechas veneran a la pachamama desde el cerro Kallami, aunque se cuidan de la reacción de las deidades “awichus” del lugar, cuentan que alguna vez (antes de 1953) fuertes ventarrones que se levantaban mezclados con fuegos hizo escapar a un cura que venía de Pucarani a celebrar misa, lo persiguió hasta la Parroquia.

El cerro kallami tiene muchas energías positivas. Afirman que en el corazón del cerro kallami existe una laguna (un túnel), por eso filtra agua a las comunidades que se encuentran al rededor.

Los comunarios sabios de la región, en época de sequía, acuden al cerro y suben para recoger aguas y hacer llover mediante actos increíbles que solo dominan ancianos selectos. Realizan un rito especial para solicitar al Dios “laxari” que se encargue de hacer llover. Una comisión sube al cerro para recoger aguas en un chato de barro, en la cima rezan de rodillas y regresan cargado de agua bendita. Ya en la comunidad, hombres y mujeres, ancianos y autoridades reciben con música. Todos piden lluvia al “mallku kallami” y la comisión entrega el chato del agua en un desierto. Efectivamente, empieza a llover.

El Secretario General de Oquetiti, Don Simon Siñani, dice que en la comunidad viven unas 50 familias y 200 habitantes. La escuela funciona en su nivel primario.  En el año 1984 la Institución Plan Internacional Altiplano instaló sistema de agua potable, que hasta ahora dura, aunque la comunidad necesita más abastecimiento y mantenimiento.

Es en este cerro kallami los comunarios de Oquetiti proyectan emprender una iniciativa interesante. Con el apoyo del Municipio de Pucarani, de la Gobernación de La Paz y del Vice ministerio de Turismo, quieren instalar un mirador paisajístico, un telescopio, construir una Iglesia y una cabaña comunitaria para la recepción de los turistas locales y extranjeros. Oquetiti espera para recibir a todas las personas, parejas, deportistas, estudiantes, lideres y personas nacional y extranjera. Una de las potencialidades es la apacheta mística y sagrado “Kallami” que con sus poderes especiales vigila y escucha a los pueblos. 

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