Cerro kallami vista desde el lago titikaka. |
HISTORIA Y LITERATURA: A una hora de viaje de Pucarani (en movilidad), se
encuentra la Comunidad
“Oquetiti” y a pocos kilómetros de ésta Comunidad queda el cerro “awki
Kallami”. Las laderas de “cruz pata” ayudan a subir en “Z”. Ahí arriba es plano como para construir una pista de
aterrizaje. También fluye agua especial y suave. Antiguamente circulaban hasta
Cóndores, vicuñas y titis, en la actualidad en épocas de nevada todavía
aparecen algunos Cóndores que vienen desde Huayna Potosí.
“Kallami”, definitivamente es un mirador natural, se
visualiza casi todo el paisaje del lago titikaka, El Alto y hasta el nevado
Sajama. Los comunarios de Oquetiti, aseguran que se trata de un volcán apagado.
Cuando escuchan noticias que el volcán Popocatépetl
del Estado de Puebla en México se activa, en el cerro kallami (Bolivia) inmediatamente empieza a nublarse y aparecen
vapores de agua con burbujas. Sospechan que existen nexos de comportamientos
climáticos entre Bolivia, Chile, Argentina y México.
Las
poblaciones de Aygachi, Pantini, Quenacahua, Iquiaca y la Comunidad Oquetiti,
del municipio de Pucarani, Provincia Los Andes, La Paz, comparten el área del
cerro “kallami”, el más grande y poderoso de la región. Es casi como un parque
de reserva. Cada una venera a su estilo.
Rafael
Chávez Ticona, comunario de Oquetiti (Uqi
– gris, titi – gato silvestre),
amplifica lo que trasmitió su padre Basilio Chávez Flores, quien relató una
leyenda inédita del cerro “Kallami”,
todo un misterio y una proyección estratégico para el futuro del circuito
turístico.
LEYENDA DEL “AWKI KALLAMI”
Un
pastor de ovejas que todos los días dialogaba con las
suaves brisas de quta mama, había visto en el cerro “kallami” un pozo de agua
como una especie de cajón, donde nadaban dos patos de oro. Sorprendido del
hallazgo decidió avisar a los comunarios, gritando – vengan aquí hay patos
hermosos-. Los comunarios hacían correr rumores, pero de repente llegaron al
lugar 3 personas desconocidas de piel blanco (gringos), caminaban de uno a otro
lado, se acamparon en pleno cerro frío y desierto donde unas muñas bailaban con
el viento. Existían especies de aves, como phisiphisis,
el gorrión marrón, chiwanku, el merlo negro que correteaba inteligentemente que
depredaba otros nidos, las chayñitas de plumaje de negro y amarillo muy
bulliciosos y las golondrinas, picaflores de color verde vistoso. Las gaviotas
andinas, patos, halcones, águilas y las lechuzas de diferentes tipos que
habitaban en esas montañas de la puna. Estas personas extranjeros, tenían tanta sed y calor por el largo
viaje, tomaron agua del cerro. En el lugar evidenciaron la existencia de dos
patos, que un niño había visto minutos antes.
De repente empezaba a llover, cuando las nubes comenzaban a tapar el
cielo anunciando la tormenta, las nubes corrían como si fuera la carrera de
objetos. Los ojos de los pastores controlaron de rato en rato el rebaño de los
animales, cuidando del ataque del zorro y de otros animales silvestres que
ambulan en el desierto, unas aves liqiliqis vienen y vuelan como aviones
pequeños comunicando mensajes que empezó a llover torrencialmente y fuertes ventarrones empezaron a
sacudir sembradíos y viviendas de totora y paja. En principio, los comunarios
se alegraron por las lluvias, pero al final protestaban debido a que esas
lluvias dañaban y no se despejaban. Llovía que llovía día y noche inundando a
las comunidades.
Las casas de los comunarios tenían techos de paja, construidas
de las piedras hembras y machos, los huertos llenos de flores de habas y papas
que habían terminado de florecer prediciendo el pronto retorno de la época de
su nueva producción, las aves wallatas
y los flamencos retornaban desde los nevados de la Cordillera Condoriri,
anunciando algo ocurre.
“Dos
patos nadando en un pozo del cerro kallami y la posible existencia de un túnel”
llamó la atención a los visitantes, entonces decidieron entrar al pozo. Dos de
ellos saltaron al fondo y nunca más volvieron a salir, pero, misteriosamente
aparecieron en el lugar “kallucondori”
de la Comunidad
Caviña, colindante con Oquetiti. En ese lugar filtraba aguas.
Sorprendidos por el hecho, estas personas (gringos) volvieron a entrar al túnel
por donde salieron y de poco rato aparecieron nuevamente en el cerro de
kallami. La lluvia no cesaba y las comunidades protestaban. Quizás por motivos
de aventura o peregrinación, los visitantes optaron en quedarse en el cerro donde
se alimentaban de algunos quesos y comidas proporcionadas por los campesinos
del lugar.
Estas
personas (gringos) consultaron con un anciano sobre cómo despejar las fuertes
lluvias. El anciano aconsejó que debieran conseguir 12 negros a cambio de oro que
existe en el cerro. Convencido de ese raro pedido, los gringos salieron a
buscar personas de piel morena, apenas lograron conseguir un solo negro y lo
llevaron al cerro. El anciano les dijo que los negros deberían ser de África o
de Brasil. En ese instante, dos de los gringos insistieron entregar al negro y
entraron caprichosamente al pozo del agua cristal; grande fue la sorpresa, los
que saltaron al pozo se habrían desaparecido para siempre, dicen que el cerro
se lo comió. Cuentan que años anteriores al suceso, varios pastores del lugar
que intentaban mirar los patos y tomar agua, también han sido devorados por el
cerro.
Un
solitario gringo se quedó sumamente asustado, a quien el anciano le regaló una
abarca de oro para que retorne a su País y cuando llegó a la comunidad
Oquetiti, esa abarca de oro, resultó ser una abarca del hierba verde. Desde ese
instante dicen que la lluvia empezó a calmarse poco a poco.
Cuentan
que desde esa vez, (mas o menos el año 1930) las aguas que filtraban con fuerza
en las comunidades de Aygachi, Oquetiti, Pantini o Caviña, habían bajado de
cantidad. Creen que la vena del túnel fue desviado a otro lugar de Pucarani.
LOS RITOS DE FE
Los
comunarios de Oquetiti suben al cerro “awki kallami” a rezar en diferentes
fechas. En semana Santa llegan visitantes de todas partes. Las familias que
decidieron hacer estudiar a sus hijos o están estudiando en alguna Universidad
o Institutos Militares, creen que el cerro kallami tiene poder para dar
inteligencia y cuidar la seguridad, por eso visitan y suben los días martes,
jueves y sábados para pedir bendiciones. Es decir, van a pedir la profesión
para sus hijos. Llegan desde Cochabamba, Oruro y de otras partes. “Vienen, pues
debe haber resultados” dicen los lugareños.
Las
concentraciones culturales también se realizan en tres fechas importantes: el
14 de septiembre que se recuerda la fiesta de Exaltación, el 24 de Septiembre a
la fiesta de Mercedes y el 21 de junio para recibir el año nuevo aymara. En
estas fechas veneran a la pachamama desde el cerro Kallami, aunque se cuidan de
la reacción de las deidades “awichus”
del lugar, cuentan que alguna vez (antes de 1953) fuertes ventarrones que se
levantaban mezclados con fuegos hizo escapar a un cura que venía de Pucarani a
celebrar misa, lo persiguió hasta la Parroquia.
El
cerro kallami tiene muchas energías positivas. Afirman que en el corazón del
cerro kallami existe una laguna (un túnel), por eso filtra agua a las
comunidades que se encuentran al rededor.
Los
comunarios sabios de la región, en época de sequía, acuden al cerro y suben
para recoger aguas y hacer llover mediante actos increíbles que solo dominan
ancianos selectos. Realizan un rito especial para solicitar al Dios “laxari” que se encargue de hacer
llover. Una comisión sube al cerro para recoger aguas en un chato de barro, en
la cima rezan de rodillas y regresan cargado de agua bendita. Ya en la
comunidad, hombres y mujeres, ancianos y autoridades reciben con música. Todos
piden lluvia al “mallku kallami” y la comisión entrega el chato del agua en un
desierto. Efectivamente, empieza a llover.
El
Secretario General de Oquetiti, Don Simon Siñani, dice que en la comunidad
viven unas 50 familias y 200 habitantes. La escuela funciona en su nivel
primario. En el año 1984 la Institución Plan
Internacional Altiplano instaló sistema de agua potable, que hasta ahora dura,
aunque la comunidad necesita más abastecimiento y mantenimiento.
Es
en este cerro kallami los comunarios
de Oquetiti proyectan emprender una
iniciativa interesante. Con el apoyo del Municipio de Pucarani, de la Gobernación de La Paz y del Vice ministerio de
Turismo, quieren instalar un mirador paisajístico, un telescopio, construir una
Iglesia y una cabaña comunitaria para la recepción de los turistas locales y
extranjeros. Oquetiti espera para recibir a todas las personas, parejas,
deportistas, estudiantes, lideres y personas nacional y extranjera. Una de las
potencialidades es la apacheta mística y sagrado “Kallami” que con sus poderes
especiales vigila y escucha a los pueblos.
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